El Club de Robótica del Chaco se posiciona como un espacio de aprendizaje y creatividad para niños y adolescentes, donde la tecnología se convierte en una herramienta para resolver problemas reales. Pedro González, fundador del club, contó en El Garage de Data cómo nació este proyecto y cuáles son sus objetivos.
«Trabajamos con chicos de cinco años en adelante, con robótica educativa, desarrollo de videojuegos y diseño e impresión 3D. Estamos con unas competencias de robótica, una internacional y otra nacional», explicó.
El club surgió de un grupo de amigos en la secundaria. «Íbamos a competir a nivel nacional con el colegio, nosotros teníamos 17 años y competíamos contra niños de 9, entonces tomamos la iniciativa de impulsar esto en la provincia. Primero pensamos que iba a ser fácil, pero todo demandaba plata, hasta que un día renuncié a mi trabajo, y tenía tantas ganas de impulsar este proyecto que me largué en un garage. Arranqué ahí con seis alumnitos. Y armamos un grupo».
Con el tiempo, el proyecto creció y ganó reconocimiento: «Fue creciendo y teniendo mucho éxito, por esto de que la robótica es algo novedoso, y hoy tenemos un espacio hermoso con cuatro aulas y más de 150 chicos. Ahora estamos preparando un grupo de alumnos seleccionados para competir. En Misiones es la competencia nacional y la internacional es en Singapur».
Los beneficios de la robótica, según el fundador del club, van más allá de la tecnología: «Enseña a resolver problemas y eso puede trasladarse a problemas con impacto social. Los chicos pueden desarrollar, por ejemplo, bastones para personas con discapacidad, que tengan sensores y avisen cuando hay un objeto adelante, o bien para el campo, con sensores en las silobolsas que midan la cantidad de humedad o detecten la presencia de insectos».
El club también apunta a la innovación tecnológica: «Queremos tener un laboratorio para desarrollo e innovación. Esos niños van a ir aprendiendo nuevos contenidos y cuando estén en la adolescencia pueden impulsar desarrollos tecnológicos específicos. Mi sueño es tener un laboratorio prestigioso del que salgan desarrollos innovadores».
González destacó además la rapidez con la que los chicos aprenden: «Los chicos entienden muy rápido conceptos complejos. También trabajamos con chicos con autismo y TDA, donde pueden canalizar su creatividad y es un buen estímulo para estimular su concentración».
González explicó además la integración de tres áreas fundamentales en la robótica: «La robótica combina tres áreas: la electrónica, programación y mecánica. La programación es la mente del robot, la parte de electrónica sería la parte física, y la parte mecánica es lo que le permite moverse. Esto se les explica a los chicos».
Fuente: Data Chaco