La Fiscalía Federal de Resistencia solicitó a la jueza Zunilda Niremperger el dictado de una sentencia por el derecho a la verdad que establezca que Carlos Enrique Tereszecuk fue secuestrado por motivos políticos a principios de noviembre de 1976, alojado y torturado en la Jefatura de Policía de Resistencia, asesinado y arrojado al río Paraná. Su cuerpo fue recuperado días después en la costa de Empedrado, Corrientes, y sepultado como NN, hasta que en 2018 fue identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

El requerimiento fiscal también busca que se reconozca el arrojamiento de cuerpos al río Paraná como una práctica sistemática del terrorismo de Estado durante la última dictadura.

La solicitud se produce tras el fallecimiento de los principales responsables de la Jefatura de Policía del Chaco en 1976 —los comisarios Carlos Thomas, Wenceslao Ceniquel y Lucio Humberto Caballero— y ante la dificultad de identificar a otros partícipes del secuestro y desaparición de Tereszecuk.

Los familiares, en su carácter de víctimas de un crimen de lesa humanidad, piden una sentencia que reconstruya lo sucedido, les garantice el derecho a la verdad con un sentido reparador y aporte a la memoria histórica colectiva. La Fiscalía acompañó el pedido con un análisis de doctrina y jurisprudencia nacional e internacional, tomando como referencia los juicios por la verdad de la década de 1990 y el precedente Martinelli. 

La historia de Carlos Tereszecuk

Carlos Enrique Tereszecuk nació en 1952 en Posadas, Misiones. Inició estudios para ser sacerdote en el Seminario de Fátima de Córdoba, que luego abandonó para dedicarse a la militancia estudiantil y política. En 1974 fue elegido vicepresidente del Centro de Estudiantes de la Escuela de Servicio Social de la Universidad Nacional de Misiones y en 1975 participó de la campaña del Partido Auténtico, convirtiéndose en secretario de los diputados provinciales electos Juan Figueredo y Pablo Fernández Long.

En la Legislatura trabajó activamente con gremios, comisiones barriales, colonos, tareferos y trabajadoras domésticas, impulsando proyectos de ley para proteger sus derechos. En 1975 sobrevivió a un intento de secuestro por parte de un grupo de civiles armados en la Cámara de Diputados y pasó a la clandestinidad, refugiándose en Corrientes. Fue visto por última vez en noviembre de 1976, detenido y severamente torturado en la Jefatura de Policía de Resistencia.

Su hermano Norberto denunció el caso ante la CONADEP y el Juzgado Federal de Resistencia tras el retorno democrático.

La reconstrucción de los hechos

Las pruebas reunidas por la Fiscalía permiten reconstruir que Tereszecuk fue secuestrado en los primeros días de noviembre de 1976 y llevado a un primer piso de la Jefatura de Policía acondicionado como centro clandestino de detención, operado por fuerzas conjuntas de la Policía del Chaco y el Ejército Argentino.

Testigos lo vieron en un estado físico crítico por las torturas recibidas, sin poder mantenerse en pie, y relataron que otro detenido tuvo que bañarlo por orden de sus carceleros. En la segunda semana de noviembre fue asesinado y su cuerpo arrojado al Paraná. El 15 de ese mes, sus restos fueron hallados en la costa de Empedrado y enterrados como NN.

En 2018, el Equipo Argentino de Antropología Forense confirmó su identidad. La investigación concluye que su secuestro, tortura y asesinato se inscriben en un plan sistemático de persecución ideológica contra opositores reales o presuntos al régimen militar.

Una práctica sistemática: cuerpos al Paraná

El pedido de la Fiscalía también apunta a reconocer que el terrorismo de Estado utilizó de manera sistemática el río Paraná para hacer desaparecer a sus víctimas. Las autopsias y testimonios —entre ellos, el del médico forense Otto Eliseo Manzolillo en el juicio por el centro clandestino del Regimiento 9— revelan un patrón: cuerpos desnudos, atados con alambre en manos y pies, con disparos en el pecho o el cráneo, las yemas de los dedos amputadas para impedir la identificación y cortes en el abdomen para evitar que flotaran.

En Empedrado se hallaron e identificaron, además de Tereszecuk, los restos de Rómulo Artieda (desaparecido del Regimiento 9 en mayo de 1977) y Julio «Bocha» Pereyra (asesinado en la Masacre de Margarita Belén en diciembre de 1976). Sus restos fueron restituidos a las familias en 2007, 2014 y 2018, respectivamente.

Fuente: Data Chaco

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