La infraestructura vial argentina enfrenta una crisis profunda debido a los despidos masivos y la cancelación de obras públicas.
Estas medidas, anunciadas como parte del ajuste económico implementado por el gobierno de Javier Milei, han deteriorado la seguridad y operatividad de las rutas nacionales, afectando tanto a los viajeros como a la actividad comercial y productiva del país.
Falta de mantenimiento y deterioro de rutas
La decisión de suspender el mantenimiento y reparación de rutas existentes, junto con el recorte presupuestario, ha provocado un rápido deterioro de las principales vías de comunicación, especialmente en el norte y centro del territorio nacional. Entidades como la Federación Económica de Corrientes (FEC) han denunciado esta situación, mientras que provincias y municipios intentan paliar el problema con recursos propios, lo que agrava las desigualdades entre regiones.
La Defensoría del Pueblo del Chaco también advirtió sobre el estado crítico de las rutas nacionales en su jurisdicción, como las rutas 16, 89, 11 y 95, las cuales se encuentran en condiciones alarmantes. Bernardo Voloj, representante del organismo, señaló que «el abrupto corte en la obra pública ha empeorado considerablemente las ya pésimas condiciones de las rutas». Chaco, Formosa y Santa Fe han solicitado de manera conjunta una reunión urgente con las autoridades nacionales para abordar la crisis.
Impacto nacional
El problema no se limita a las regiones más alejadas de la capital. En la provincia de Buenos Aires, municipios como Olavarría han asumido tareas básicas como el corte de pasto en rotondas de rutas nacionales, debido a la falta de respuesta del gobierno central. Estas acciones, aunque paliativas, son insuficientes para garantizar la seguridad vial.
Obras paralizadas y riesgos crecientes
La cancelación de proyectos clave y el recorte de fondos han dejado a Vialidad Nacional sin capacidad para operar. Mientras que el organismo solicitó $730.000 millones para atender las obras urgentes, el presupuesto asignado se mantuvo en $475.000 millones, sin que estos recursos se desembolsaran de manera regular.
Obras estratégicas como la circunvalación de Villa María, las autopistas Río Cuarto-Holmberg y San Francisco-Córdoba, y la transformación de la Ruta 3 en autopista, han quedado paralizadas. Además, la falta de presupuesto ha afectado el control de peso de camiones y el mantenimiento de más de 4.000 puentes en todo el país, según denuncias de la Asociación de Profesionales y Personal Superior de Vialidad Nacional.
Despidos y jubilaciones anticipadas
A los recortes se suman despidos masivos y un estímulo a la jubilación anticipada para trabajadores mayores de 60 años, lo que ha reducido drásticamente la capacidad operativa del organismo. Los sindicatos advierten que la falta de personal y el desfinanciamiento incrementarán los riesgos de accidentes en las rutas nacionales.
Consecuencias para la economía y la seguridad
El deterioro de las rutas no solo compromete la seguridad de los conductores, sino que también afecta la logística y la economía regional. Las rutas en mal estado dificultan el transporte de mercancías y productos, lo que impacta negativamente en la productividad y el comercio en todo el país.
La falta de un plan de mantenimiento y desarrollo de la infraestructura vial plantea serias dudas sobre la sostenibilidad del sistema de transporte en Argentina. Sin inversión adecuada y una estrategia clara, las consecuencias de esta crisis podrían extenderse durante años, con un impacto significativo en la seguridad y el desarrollo económico.
Fuente: Diario Norte.